miércoles, 14 de diciembre de 2011

"El instante decisivo" - Henri Cartier Bresson.



Henri Cartier Bresson, fotografía de Jane Bown.
Henri Cartier-Bresson nació el 22 de agosto de 1908 en Chanteloup-les-Vignes, a las afueras de París. Se le considera uno de los fotógrafos más destacados del siglo XX, pionero del fotoperiodismo moderno y creador del concepto de instante decisivo, sentimiento compartido por muchos fotógrafos. Henri hace alusión a ese momento exacto en el que se toma la fotografía y paralelamente se alinean la “la cabeza, el ojo y el corazón”, en un gesto que permite captar la realidad por sorpresa.

Su obra “El momento decisivo” define su forma de fotografiar, su esencia en la fotografía callejera. Henri afirma que “de todos los medios de expresión, la fotografía es el único que fija el instante preciso. Jugamos con cosas que desaparecen y que, una vez desaparecidas, es imposible revivir”.

"Detrás de la Estación de Saint Lazare", 1932, París.

Para Henri la fotografía no sólo es trabajo, oficio, “es una manera de vivir, de gritar, de liberarse”. Para representar el mundo hay que sentirse implicado en lo que se captura a través del visor. Esa actitud requiere concentración, sensibilidad y sentido de la geometría", aseguraba el fotógrafo francés.

Experto en capturar ese momento mágico, esa fracción de segundo en el que los diferentes elementos de la realidad quedan atrapados en una imagen, se muestra contrario a fotografiar una puesta en escena, lo que muchos consideran la fotografía “fabricada”, contar una historia anteriormente planificada para ser capturada.



Fascinado desde niño en principio por la pintura, no empezó a interesarse por la fotografía hasta mucho más tarde. Aún así, necesitaba de un aprendizaje: “aprender a mirar a través del aparato”.

Cámara de Henri Cartier Bresson.

Su nombre está asociado a la marca Leica, la cámara que le acompañó durante gran parte de su carrera profesional. “Se convirtió en la prolongación de mi ojo y ya no me abandonó jamás”. Buscaba siempre en las calles la oportunidad de hacer fotografías del natural, una historia recogida en fotos.


En 1947 funda con otros cinco fotógrafos -Robert Capa, Bill Vandivert, David Seymour y George Rodger-  la agencia Magnum, para la que comienza a hacer reportajes fotográficos a través de las revistas ilustradas que difunde, siempre bajo la atenta mirada de sus amigos de oficio. 

Cartier Bresson, Bélgica, 1932.
Conocido como el padre del fotoreportaje, reivindica el derecho y la fuerza de fijar un acontecimiento o impresiones sueltas bajo una secuencia de imágenes. Declara pues, que no existe una solución estricta, un método que defina el instante decisivo; hay fotografías que nos pueden llevar segundos, y otras que requieren de horas o días. La experiencia es lo que denota conciencia en nuestro trabajo, afirma Henri. Basta una duda, para que nuestro ojo se despiste dejando ir un detalle del conjunto. Y generalmente, cuando es demasiado tarde es cuando nos damos cuenta.

Cartier Bresson, la geometría.
Mientras un escritor posee tiempo para reflexionar y modificar sobre lo que va contar a través de sus palabras, para el fotógrafo lo que desparece, desaparece para siempre, no se puede revivir ese instante, ni retocar una fotografía. De ahí su angustia y al mismo tiempo su originalidad ante lo que captan.

En sus reportajes fotográficos revela como incluso llega a contar los disparos, a fin de pasar desapercibido ante la realidad. De lo contrario, una reacción, una palabra puede estropearlo todo. “Lo mejor que puedes hacer es que te olviden, al fotógrafo y a la cámara que es siempre demasiado visible”.

A la hora de elegir el tema, Henri no nos habla de una selección, sino de un hecho que se impone ante nosotros, “basta con situarse en relación a lo que se percibe”, afirma. Son los fotógrafos quien ven y hacen ver el mundo que nos rodea, donde lo más pequeño puede constituir un gran tema.


Entre las diversas formas de escenificar una realidad se encuentra el retrato, en un segundo plano ya en la pintura, recuperado ahora por tanto en fotografía. En estos casos, el reto se haya en integrar el hábitat que describe el medio y conseguir que nuestro rostro se olvide la cámara y de quien la manipula. Es en el momento en el que fotógrafo trabaja por encargo para un cliente cuando se pierde la esencia, “los vestigios de lo verdadero”. Todo el mundo quiere quedar favorecido. Por ello, el equilibrio se encuentra a medio camino, entre la suavidad excesiva y el grotesco de un rostro; lo constituye la estructura psicológica de cada profesional.

En fotografía la composición es una preocupación constante, cada fotógrafo se enfrenta a “instantes fugitivos”, en el que las relaciones son móviles y el arte del fotógrafo no puede estar más que en su ojo –“el ojo recorta el tema y la cámara no tiene más que imprimir en la película la decisión del ojo”–.

Henri Cartier Bresson, Italia.

Henri Cartier Bresson, Lunchwagon, Uvalde, Texas, 1960.

En nuestra técnica fotográfica lo que cuenta es el resultado, es decir que la imagen “nos devuelva lo que vemos”, ahí radica la dificultad y al mismo la superación de cada fotógrafo, en la medida en que controlan el manejo de la cámara, del diafragma, las velocidades, etc.., tiene que ser un acto reflejo. Así, nuestra técnica debe “crear y adaptarse, únicamente, para realizar una visión”.




 Henri nos confiesa que “la última angustia del fotógrafo es previa al momento en que hojea la revista y descubre su reportaje”. Como si se tratara de una noticia, el reportaje también está sujeto a unas normas fijas y, por tanto, debe ocupar una extensión determinada, que radica en el interés que en ese momento susciten dichas fotografías en el redactor, el cliente. Desde el momento en que cortemos una foto, modificando la crónica visual que el fotógrafo ha puesto en escena, “se destruye la composición concebida por el fotógrafo”. Y es en ese instante, en esa fracción de segundo, cuando    ” la emoción que el tema desprende y la belleza pierde su forma”.


Su vida como fotógrafo se caracterizó por registrar el mundo humano en su contexto. A través de sus viajes definiría la fotografía humanista: visitaría así pues África, México, y los Estados Unidos. Con los años se convirtió en el asistente del cineasta Juan Renoir y tuvo la oportunidad de aportar su trabajo también en el 7º Arte. 

La filmografía de Henri Cartier Bresson incluye 3 trabajos:


1937 – ‘Victoire de la vie’ (Victoria de la Vida) - DOCUMENTAL
Trata sobre los hospitales de España Republicana (49 min, Blanco y Negro)


1938 - “L’Espagne Vivra” (España vivirá) - DOCUMENTAL
Trata sobre la guerra civil española y la postguerra (43 min, Blanco y Negro)


1945 - Le Retour (El Retorno)
Trata sobre el retorno de los prisioneros después de la Segunda Guerra Mundial.

En 1970 se retira definitivamente de la fotografía para dedicarse al dibujo. Pero su obra fotográfica pertenece conservada en Montparnasse, Francia, donde es posible visitarla y admirarla en la Fundación Henri Cartier Bresson, que creo en el año 2000 junto a su esposa Martine Frank, también fotógrafa.

Henri Matisse con pájaros - Henri Cartier Bresson.
Realizó retratos a celebridades tales como Henri Matisse, Edith Piaf, Pablo Picasso, Fidel Castro y Ernesto Guevara

Además su condición de foto reportero le valió estar presente en diferentes eventos de importancia mundial como la Guerra Civil Española, la 2ª Guerra Mundial, la muerte de Gandhi, la entrada triunfal de Mao Zedong a Pekín, etcétera. 




En el año 2003, previo a su muerte, interpretó el documental biográfico de su persona que Heinz Bütler dirigió. Esta película suiza se llamó ‘Henri Cartier-Bresson - Biographie eines Blicks’ El 2 de agosto de 2004 en Cereste, al suroeste de Francia, “el ojo del siglo XX”, dejó el mundo, pero su mirada a quedado grabada en el mundo entero.