A
los diez años, Avijit, un niño del distrito rojo de Calcuta, la mayor zona de
prostitución de la ciudad, creía
que en su futuro no había esperanza, una aparente escapatoria.
“Los niños del Barrio Rojo” es un documental estadounidense de Briski y Kaufman, que narra
la cara oculta del Barrio Rojo, el destino de los hijos de las mujeres de esos
burdeles. Un proyecto que cambió la vida de estos fotógrafos y de algunos de
estos niños para siempre.
"No tenía intención de fotografiar a las prostitutas hasta que un amigo me
llevó al Barrio Rojo de Calcuta”, aseguraba Briski.
Hay que estar allí,
convivir con ellas para poder entender mejor sus vidas y quienes forman parte
de ellas, sus hijos. Obligadas a vender afecto para poder vivir, esa era la
realidad de muchas mujeres atrapadas en un laberinto de callejones.
Bajo
durísimas condiciones de vida, Zana Briski y Ross Kaufman, ofrecen a estos
niños del barrio rojo la oportunidad de manejar una cámara, de introducirles en
el mundo de la fotografía, potenciando en muchos de ellos su talento nato, y
sobre todo la esperanza pérdida.
La fotografía se convirtió para ellos en un
instrumento de expresión y crecimiento,
abría su mente a nuevas posibilidades, enriqueciendo su percepción del entorno.
Durante su aprendizaje, proporcionándoles una cámara a cada uno, los niños
tuvieron acceso a un mundo más allá de los muros del barrio Rojo y pudieron
hacer fotos de escenas de la calle, del zoo, la playa,… Al mismo tiempo traspasar
el mundo en el que habían crecido no era tarea fácil, a menudo se topaban con
su más cercana realidad: clientes agresivos, abuso de drogas y alcohol, robos y
asesinatos, además de correr el riesgo de ser obligados a prostituirse.
Dado que sus condiciones escolares no eran buenas, existían muchos problemas
en las instituciones públicas indias, Briski se encargó de buscarles colegios
internos que se hicieran cargo de ellos y preparó una exposición con las fotos
de los niños, con el fin de recaudar dinero para su educación. Era la ocasión
de sacarlos de los burdeles y darles una vida mejor.
En
2004 la película ganó el Oscar al mejor documental. De hecho, las ventas de las
fotos y del film sirvieron para pagar la educación de los niños ,aunque algunos
volvieron al poco tiempo con sus familias, y para comenzar el proyecto Kids with Cameras.
“El orgullo de los niños al ver expuesto su propio trabajo es una de las
secuencias más poderosas de Los niños del Barrio Rojo”, confesaba Briski.
En noviembre
de 2006, Kids with Cameras, informó de las mejoras en las condiciones de los
chicos, algunos habían entrado en Institutos y Universidades de la India y los
Estados Unidos, o habían encontrado trabajo fuera de la prostitución.
A
los diez años, Avijit creía que en su futuro no había esperanza. Hoy es
un estudiante de Arte en Estados Unidos.
Los niños del Barrio Rojo merecían
la pena.
"Presenciar la transformación de esos chicos ha sido extraordinario",
constataba Ross Kauffman.